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jueves, 25 septiembre 2014

Ultra Pirineu 2014: Recetas y Paisajes

Lucho Viani

Cuando tenía algún espacio donde solía escribir, advertía siempre en un párrafo introductivo, de mi amateurismo para esta actividad (como para todas las que hago), o luego de varios escritos, citaba la advertencia ya conocida. Al retomar la actividad, retomo el aviso, por lo que el tiempo utilizado en adelante para leerme, es mera responsabilidad de quien lo haga.

Foto de Portada: Algún lugar del Cadí-Moixero. Elena Mate Fotografía. Las demás fotos del articulo fueron sacadas por Lucho en carrera

[Foto1]
[Foto1]

Ultra Pirineu, es lo que me trae a un pueblo chico en el medio del Pirineo Catalan.

[Foto 2]
[Foto 2]

No se sí quiero empezar así. Estoy pensando qué quisiera contarles antes de escribir muchas palabras que no digan nada. Pienso en si puedo opinar o desarrollar sobre la cuestión organizativa y/o administrativa, pero no. En un momento de proliferación de gurús de absolutamente todo, yo respeto mucho la opinión de los que saben de verdad. Para saber de como estuvo organizada léanlos a ellos (no a los gurú, a los que saben). Yo no se nada de como organizar una carrera, y además mi opinión está viciada, para mi están todas buenísimas, lo que te dan esta bárbaro, lo que no te dan ni me doy cuenta, lo que te piden por algo será y si hay poca comida en un puesto pienso que lo hacen para que no corras muy pesado, ponele. Pienso en si les puedo contar algo desde lo deportivo, pero no. Mi marca de 26:51 hs (corte de carrera en 28 hs), habla por sí sola. Finisher con suspenso diría. No soy un crack como deportista, ni tengo que aportar al respecto. Escribir de la preparación para carreras de ultratrail? Bueno, menos.

[Foto 3]
[Foto 3]

Creo que quiero hablar de dos cosas: lo hermoso del lugar y de recetas.

El parque nacional Cadí-Moixeró es simplemente algo sacado de los cuentos. De esos que no me acuerdo bien como se llamaban pero veía en ilustraciones de dibujos, o alguna película. Largás de un pueblo de montaña [Foto 1], que para medieval le faltaba el castillo creo, pero imaginenselo así. Subís con las primeras luces del día a un refugio (de nivel europeo, con todo lo que eso implica) pasando por pinares [Foto 2], a tu izquierda un mar de nubes [Foto 3] que el sol todavía no rompe, salís a una piedra expuesta, y ves la típica foto del Pirineo rocoso. Y acabas de empezar tu día. La bajada es parecida, sólo que como peso bastante, la gravedad me hace bajar más rápido y los paisajes pasan, en orden inverso, cada vez más rápido. Roca, mixto, pinar, sendero y a sumar unos km por unos pueblos muy muy pintorescos. Casas de piedras, pasajes entre árboles, calles desoladas (a favor de la gente, pasé a la hora de la siesta, no había naaaadie, Luis [Alberto Hernando] debe haber pasado con todo el mundo saludándolo) y algunos campos arados con fondos de construcciones antiguas [Foto 4]. Te hacen correr por unos prados pintados [Foto 5], valles verdes; ademas, te cruzas con vacas esparcidas por todo el monte, cada una con su respectiva campana colgada, que le da el sonido típico a la carrera. Yo lo primero que pensé es que las pusieron ahí, están a posta, pero parece que no. 

[Foto 4]
[Foto 4]

Como soy lento pude ver un atardecer ideal. Ahi nomás, levanto la cabeza y veo otra escena armada por la organización, me juego lo que sea que es armada. Un sendero saliendo a un collado, el sol que cae por atrás y arriba de todo un caballo, pero no cualquier caballo, el caballo de las princesas [Foto 6]. Ese que es gigante, como musculoso, y con el pelo largo (googleen la foto, no los jodo). Y lo más cómico es que te pasa por al lado como sí nada.

Como soy muy lento, además del atardecer pude pasar una noche en la montaña. No les voy a mentir, no se ve nada. Sólo tengo dos aportes: primero, dios bendiga los frontales más o menos decentes, y segundo, si apagan ese frontal en medio de un cresterio como el que me toco pasar, y tienen la suerte que tuve con el clima, ahí arriba hay un océano de estrellas que da para frenarse ahí y no correr más (además es una buena excusa para un abandono: «como iba a seguir y perderme eso!!).

[Foto 5]
[Foto 5]

Y como soy muy muy muy lento además vi un amanecer, en mi última trepada, para apreciar una remontada de un arroyo genial, y un bosque de árboles literalmente gigantes, antes de dar los últimos bastonazos para pasar el último collado y bajar en S hasta Baga de nuevo.

Del segundo tema, y si es que aún los tengo conmigo, les quería hablar de las recetas. Para los que no saben, en las carreras, largas o cortas, uno piensa en muuuuchas cosas, de cualquier tipo.

Yo en esta pensé mucho en las recetas. Las recetas me hacen acordar a mi abuela Abu y a mi viejo. A mi Abu porque ella siempre parecía seguir unas recetas que sin excepción, llevaban a las más ricas comidas que haya probado. Igual que las comidas de mi viejo. Ambas tenían algo diferente y algo en común. La diferencia era que mi Abu te daba sus recetas y mi viejo en cambio te contaba el cuento de que eran secretas y blabla y nunca las daba. En común? Qué por más que las siguieras al pie de la letra, nunca te iba a salir igual.

[Foto 6]
[Foto 6]

En la carrera pense mucho en qué eran las recetas. Pase por varias teorías y llegue a la conclusión que las recetas no son más que la búsqueda de seguridad. Quiero seguir el paso A, B, C y llegar a tal resultado.

Y pensarás que tiene que ver esto con una carrera de montaña, pero yo creo que mucho. Yo pensé que tenía mi propia receta para «Como sufrir y abandonar una carrera de montaña». Se las iba a dar, iba, en forma resumida, más o menos así: «Vaya 4 meses antes a un lugar muy caluroso, búsquese un trabajo, trabaje 100 días de corrido sin francos, procure que ese trabajo sea en un bar y por la noche, deje reposar (siempre hay un «deje reposar» en las recetas), agregue alcohol (digamos en cantidades considerables), y no corra. Pero no corra nunca».

Bueno, me equivoque. No funciono. Pensé, en muchos de los momentos en los cuales estuve por sumarme a los más de 500 abandonos, que esté iba a ser el axioma de mi excusa. Pero como cuando quise seguir las recetas de mi abuela o de mi viejo, me equivoque, no llegue al resultado esperado.

Y me acorde de otra receta, la que un médico, hace unos meses, nos escribió a mi y a mi hermano, diciéndonos que no podíamos hacer deporte. Nunca más podíamos hacer deporte. Que teníamos algo en el corazón que no iba, y que se terminaba acá. Y acá estoy, 103km y 12mil metros de desnivel después. Y allá en casa esta mi hermano, con pulsaciones a 180 cada vez que defiende a su club. Y ahí va otra receta que no lleva al resultado esperado.

Y alguna conclusión de las recetas en casi 27 horas de «correr» debo haber sacado no? Si, y es lo único que me atrevo a dar como consejo, no hay que seguir ninguna receta. No lean programas de entrenamiento, no busquen consejos en las revistas, no escuchen consignas sobre pesos adecuados, no respeten opiniones de opinadores expertos, no tengan miedo a equivocarse, no sigan al gurú de turno, y sobretodo no busquen tener seguridades.

El resultado de no seguir ninguna receta.
El resultado de no seguir ninguna receta.

Este tipo de carreras son experiencias únicas, son hermosas e increíblemente duras por igual, y no hay ninguna receta que nos vaya a hacer estar en condiciones de afrontarlas. Nada nos garantiza terminarlas. No hay seguridad de no lastimarnos, de no pasarla mal. Seguramente en muchas nos quedemos en el intento, y en otras tantas la montaña nos deje llegar. Lo importante es no seguir a nadie ni a nada más que a la felicidad que te produce estar mucho tiempo en la montaña. Si es tu disfrute y tu felicidad por transcurrir este tiempo en un monte, sierra, montaña, lo que te empuja, entonces no necesitas más nada. No esperes más, no busques más recetas ni seguridades, no te frenes más y animate a lo que sea.

26:50hs de felicidad en la montaña después, y esperando pasar muchas pero muchas horas más, les agradezco por haberme leído. Saludos!


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